El marketing es una relación de intercambio de valor entre un cliente y un vendedor, un tipo de relación especial que se fundamenta en la premisa de que alguien tiene una necesidad que puede ser satisfecha por un producto o un servicio.
Tradicionalmente se adoptó un enfoque de marketing orientado al producto, es decir dirigido a persuadir al cliente para comprar el producto sin tener en cuenta otros factores socioculturales y psicológicos.
Sin embargo en los últimos años hemos asistido a la revolución de Internet, la comunicación digital, la sociedad de la información. El cliente ya no es un ser aislado que sólo recibe mensajes publicitarios unidireccionales, sino un ser multisensorial, hiperinformado que se relaciona y comunica a través de las comunidades online, los foros y las redes sociales.
Por otra parte los sucesivos escándalos financieros o las conductas irresponsables y poco éticas de algunas grandes empresas han creado un consumidor desconfiado, que no acepta cualquier cosa, dispuesto a comparar datos e informaciones, a preguntar a otros usuarios en las redes sociales e incluso a quejarse y denunciar los abusos, estafas y fraudes en Internet.
Cualquier empresa dispuesta a crear una marca sólida y fuerte a largo plazo debe ser consciente de estos cambios y ser capaz de comprender las cuatro orientaciones del marketing, adaptándose a los nuevos mercados y eligiendo la más conveniente para conseguir sus objetivos.
Veamos detenidamente la siguiente infografía:
En el mercado podemos estudiar cómo las empresas se han posicionado en estas diferentes orientaciones del marketing. Para verlo más claro examinaremos las cuatro orientaciones del marketing con cuatro ejemplos de empresas que operan en el sector tecnológico.
1. Orientación producto: es típica de las empresas que fabrican productos de consumo poco diferenciados, que ofrecen altas prestaciones a bajo coste y cuyo objetivo primordial es maximizar las ventas. Un ejemplo de este tipo de marketing podría ser la empresa china Lenovo, que ya es líder de ventas en PC con un 17,6% de la cuota de mercado.
2. Orientación al marketing: es usada por empresas que tienen muchos datos del cliente, sus gustos, sus preferencias, creando productos bien posicionados y diferenciados capaces de satisfacer necesidades concretas. Un ejemplo de este tipo de marcas tecnológicas es la recién llegada al mercado BQ, que crea tabletas, smartphones y otros productos asequibles pero que cumplen todas las expectativas del cliente apoyándose en un excelente servicio postventa.
3. Orientación a la experiencia: la empresa gestiona toda la experiencia del usuario en su conjunto consiguiendo un mayor grado de interacción. El cliente es copartícipe de la creación y desarrollo del producto. Un ejemplo de empresa tecnológica con orientación a la experiencia podría ser Dell, una firma que se diferencia por ofrecer productos a la carta que se adaptan como un guante a las necesidades del cliente.
4. Orientación a la confianza: el valor reside en crear un producto auténtico, genuino capaz de crear relaciones duraderas, involucrando al cliente en la historia y los valores de la empresa. Un ejemplo en este sector sería Apple que gracias al marketing ha conseguido un valor psicológico y emocional muy superior al esperable de sus excelentes e innovadores productos, consiguiendo transformar a los clientes en adeptos fieles a la marca aunque ello conlleve pagar un precio más alto.
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