El pasado viernes los medios de comunicación chinos criticaron duramente a Apple por suponer una amenaza para la seguridad del Estado. El motivo se encuentra en la función "Ubicaciones frecuentes" que incorpora el nuevo iPhone6 que según las autoridades chinas puede revelar datos comprometidos que pueden afectar a la seguridad del Estado.
Apple ha respondido con un comunicado oficial afirmando que Apple nunca rastrea las ubicaciones. "Apple nunca lo ha hecho ni tiene intención de hacerlo jamás."
Según la compañía las "ubicaciones frecuentes" son almacenadas y cifradas en el dispositivo iOS de un cliente y nunca tienen copia de seguridad en iTunes o iCloud, por lo que Apple no tendrá acceso a la información en cualquier momento. La función también se puede desactivar a través de la configuración de privacidad.
"Apple da los clientes el control sobre la recolección y uso de datos de localización de todos nuestros dispositivos. Los clientes deciden si permiten o no estos servicios de localización, no se trata de un valor predeterminado. Apple no permite que cualquier aplicación reciba información de la ubicación del dispositivo sin antes recibir el consentimiento explícito del usuario a través de una sencilla alerta emergente. Esta notificación es obligatoria y no puede ser pasado por alto ", dijo la compañía.
Es decir, es el usuario quien decide lo que comparte y la información se almacena a nivel de dispositivo.
Desde luego no es la primera vez que las autoridades chinas atacan a Apple, en su particular guerra contra las multinacionales norteamericanas. Estas acciones forman parte de la espiral de ciberespionaje en el que viven inmersos ambos estados en los últimos años, pero también tienen un componente comercial importante, dado el gran crecimiento de Apple en el mercado chino en los últimos meses y las aspiraciones del gigante chino a convertirse en una gran potencia también en el terreno tecnológico.