Apple Car es un potente conjunto de aplicaciones que permitirán integrar las tecnologías del automóvil y los dispositivos móviles de la marca de Cupertino.
Puede ser utilizado para obtener direcciones, realizar llamadas, enviar y recibir mensajes, y escuchar música. El objetivo fundamental es imitar la experiencia móvil a través de la pantalla de display del tablero de mandos del automóvil.
Pero Apple podría estar trabajando en un concepto aún más emocionante que proporcionar información y entretenimiento a los conductores.
Una nueva patente concedida a la empresa el pasado martes podría convertir el iPhone en un mando a distancia para manejar funciones del automóvil.
En realidad se trata de una patenta presentada en el año 2012 para establecer comunicación entre el coche y el móvil a través de Bluetooth, hasta aquí nada nuevo.
La novedad es que esta comunicación podría tener lugar sin necesidad de que el usuario realice acción alguna. El móvil lanzaría órdenes de forma automática a medida que el usuario se aproxima al coche, atravesando una serie de anillos concéntricos de Bluetooth generados alrededor del auto.
De esta forma el automóvil podría ir abriendo la puerta, encendiendo el motor, sacando espejos, activando el aire acondicionado o la calefacción, e incluso aplicar medidas de seguridad detectando si el usuario está correctamente instalado en la cabina de conducción.
Se trata de un sistema que ofrece grandes posibilidades y que en principio puede ser fácilmente aplicable mediante el protocolo Bluetooth, aunque por el momento se desconoce si Apple está decidida a ponerlo en práctica.