La dependencia al móvil es una realidad que muchos psicólogos ya estudian y ayudan a superar a muchas personas. La rabia, la histeria, la frustración, el odio son sentimientos que los pacientes experimentan cuando se les arrebata su preciado tesoro, su smartphone. Si se les olvida el móvil en casa o se quedan sin batería, muchos sufren síntomas parecidos a los del mono por abstinencia.
Como pudimos ver en el programa Salvados de Jordi Évole, emitido por La Sexta el domingo pasado, muchos jóvenes y no tan jóvenes reconocían que el móvil es lo último que miran antes de acostarse, duermen con él, lo llevan siempre consigo, forma parte de su cuerpo como una pierna, asumen que no podrían vivir sin él pues algunos lo usan hasta 12 horas al día y prefieren relaciones digitales a las personales. Incluso el propio Évole fue víctima de escarnio al ser traicionado por miembros de su equipo, que afirmaron que el mismo presentador tiene una gran dependencia al móvil y es capaz incluso de abstraerse e ignorar a la gente que le rodea a causa del dispositivo y más concretamente de Twitter.
La adicción al móvil se aprecia en la misma calle, cientos de cabezas agachadas fijan sus ojos en una pantalla en lugar de mirar el camino por el que andan, podrán chocarse con otra persona, atravesar peligrosamente el tráfico o caerse en una alcantarilla pero lo más importante es no perder un minuto de vista el Whatsapp.
En Holanda, concretamente en un municipio llamado Bodengraven-Reewijk, han puesto en marcha una original iniciativa para evitar que los peatones sean atropellados cuando caminan por la calle mirando el móvil y de paso los baldosines. El municipio ha instalado luces LED en el pavimento, en las zonas donde existen semáforos, las cuales crean una banda luminosa muy brillante de color rojo que indica al peatón “invidente” que debe pararse y no cruzarla.
El proyecto se ha llamado + Light Line, la banda (línea) que forman los LED alterna los colores verde y rojo y parpadea cuando está a punto de cambiar de un color a otro como un semáforo tradicional. Los primeros “semáforos lineales” se han instalado alrededor de colegios, ya que los jóvenes son el target que más posibilidades tiene de mirar su smartphone en lugar del tráfico.
¿Veremos en España estos semáforos pronto o algún tipo de medida similar?