Hace apenas un año, Twitter lanzaba su aplicación para vídeo Vine, como una apuesta novedosa llamada a convertirse en la referencia del microformato audiovisual en la red. En un principio restringida a los usuarios de iPhone, estuvo disponible para Android en junio de 2013, superando en tan solo 6 días a Instagram en volumen de contenidos compartidos.

Facebook reaccionó de inmediato, dotando a su aplicación de fotografía de una nueva herramienta para compartir vídeos, esta vez de hasta 15 segundos.
Desde entonces las marcas y anunciantes han incrementado su presencia en la plataforma de Facebook dejando a un lado a Vine, que ha ido quedando relegada a contenidos domésticos y de entretenimiento.
El formato de 15 segundos, más cercano al comercial convencional ha sido más fácil de asimilar por la industria publicitaria que los breves y frenéticos microvídeos de Vine, reproducidos en modo sinfín.
Según el informe publicado por la firma Social Bakers, basado en datos de los últimos 3 meses (Noviembre-2013 a Febrero-2014), las marcas prefieren publicar vídeos de Instagram en Twitter (28%) en lugar de vídeos de Vine (7%). En general las marcas no publican este tipo de vídeos en Facebook (sólo un 1% publica vídeos de Vine y sólo un 3% vídeos de Instagram).

Esto indica que las marcas se inclinan por Instagram cuatro veces más que por Vine, cuando se trata de publicar en Twitter.
Sólo un 9% de las marcas publican ambos tipos pero cuando lo hacen, el número de vídeos de Instagram es 10 veces mayor.
Social Bakers también ha estudiado el comportamiento de las publicaciones de las marcas más exitosas en cada una de ambas plataformas, descubriendo que los tweets de vídeos de Instagram obtienen un mayor ratio de engagement o participación que los tweets con vídeos de Vine.
Parece que después de todo, el sector publicitario no termina de encontrar una forma creativa capaz de sacar provecho a los microvídeos de Vine, un red más apropiada para contenidos domésticos y el entretenimiento.