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alimentos sanos marketing

¿Qué te viene a la cabeza cuando en productos procesados de alimentación ves los términos Bio, ecológico, veggie, casero, tradicional, artesano, natural…? Casi seguro que piensas en salud, bienestar, productos ricos en nutrientes, saludables, “sin química”... Y puesto que esto hará que aumente tu calidad de vida, los comprarás aunque su precio duplique o triplique el de los productos vulgares desprovistos de estos términos, que aunque sólo estén en el envoltorio, consiguen convencernos de que es la mejor opción de compra.

Lo que pudo parecer una moda pasajera, se ha instaurado como una demanda real que va a más y las marcas no pueden hacer caso omiso de un nicho tan importante, por eso, muchas de ellas han llenado sus lineales de alimentos que a priori parecen extremadamente saludables gracias al trabajo del departamento de marketing, pero que siguen basando su composición en grandes cantidades de los tres ingredientes tipificados por la comunidad científica como adictivos y nada saludables, la grasa, el azúcar y la sal.

Estos son algunos ejemplos de alimentos que aunque parezcan saludables deberíamos pararnos primero a leer la etiqueta de letra pequeña y pensar en los grupos nutritivos que lo componen (hidratos de carbono, proteínas, grasas, minerales y vitaminas):

Pan de cereales

La mayoría de estos panes parecen más saludables porque los identificamos con un alimento integral, compuesto por otros cereales diferentes al trigo con menos gluten e integrales per se como el centeno. Pero si miramos la etiqueta descubriremos que muchos de ellos, generalmente los más publicitados, contienen una alta cantidad de harina de trigo blanca. Sobre todo, en el pan de barra de cereales es fácil encontrar que estos sólo se encuentran recubriendo el alimento. Cuanto más pequeña sea la letra que leas en un empaquetado, más cerca estarás de saber lo que realmente lleva el producto, todo lo contrario que si nos quedamos en los grandes, bonitos y estimulantes textos.

En este ejemplo sólo el 12,8% del producto son cereales y no todos son integrales como la harina de maíz.

Pan molde cereales

Yogures

Es muy común ahora mismo ver en los lineales yogures Bio o ecológicos o las dos cosas, por qué vamos a escatimar, lo que los convierte inmediatamente en apetecibles para una dieta cool y sana. El problema llega cuando al mirar la bendita etiqueta vemos que están repletos de azúcar, el alimento culpable de que las personas aumenten su insulinorresistencia, lo que conlleva al desarrollo de un conjunto de enfermedades llamadas comúnmente síndrome metabólico (obesidad, enfermedades cardiacas, diabetes). Pero qué importa pesar 100 Kg, no poder casi moverse o quedarse ciego por la diabetes si la nevera está llena de productos Bio.yogur azucar

Este aspecto es de tener muy en cuenta en los yogures 0%, en muchos casos la reducción de grasa se sustituye por un aumento de azúcar, si se quita uno de los ingredientes adictivos es necesario añadir otro, de ahí la importancia de mirar la tabla nutricional y no dejarse guiar por el cero gigante que el profesional de publicidad o marketing ha puesto ocupando el 75% de la cara del envase.

Azúcar moreno

Respecto al azúcar, la industria ha conseguido rizar el rizo de forma admirable. Puesto que este ingrediente cada vez está más condenado por sus efectos tóxicos cuando se consume en grandes cantidades (casi siempre), los profesionales del marketing han creado la prima-hermana del azúcar, el azúcar moreno integral de caña, seguramente en poco tiempo veremos cómo todavía se le puede añadir alguna otra palabra “biensonante” que suscite una mayor diferenciación con la perjudicial azúcar blanca. Qué lástima que a efectos nutricionales, el cuerpo no diferencie una de otra.

Qué sea de caña sólo indica su procedencia (no es de remolacha, por ejemplo), pero caña suena a campo, naturaleza; que sea morena puede significar que haya sido tostada con melaza, ya que la que se obtiene en la producción es rubia, no marrón, pero este color nos hace pensar en el integral, en un producto sin procesar, cosa que no es cierta, también pasa por un proceso químico y mecánico como la blanca (ver: cómo se procesa el azúcar); y que sea integral sólo hace referencia al proceso de producción (cristaliza antes), no tiene ninguna relación con los valores nutricionales, que son casi idénticos a los del azúcar blanca, pero el término "marketiniano" hace que la equiparemos a los cereales integrales (pan integral) que sí son más saludables al tener el grano entero (mantiene la fibra). La contradicción recae en que el azúcar no proviene de ningún grano, sino del líquido que se extrae de la caña que es procesado posteriormente de forma mecánica y química hasta su cristalización, no hay jugo de caña integral. Tomemos azúcar blanca o rubia, estamos ingiriendo el mismo alimento insano, pero que bien suena decir que el bizcocho está hecho de azúcar integral o panela, que viene a ser lo mismo a efectos nutricionales.

El programa "La mañana de la 1" de televisión española dedicaba un espacio a la investigación del mito del azúcar moreno en el que explicaban de forma muy didáctica e interesante si existe alguna diferencia con el blanco desde un punto de vista químico, científico y nutricional (El mito del azúcar moreno: ¿Es más saludable que el blanco?)

azucar moreno azucar blanca

Embutidos

La OMS demostraba hace un año, a través de un meta-análisis, la relación de embutidos y carnes procesadas con distintos tipos de cáncer y aunque muchos prefieren mirar hacia otro lado porque están bien ricos, los departamentos de marketing de algunas empresas de embutidos se han puesto manos a la obra y han desarrollado embutidos veggie. En sus rótulos visibles se destaca: 0% carne, sin gluten, sin colorantes, sin lactosa y muchas veces utilizan como colores predominantes en la identidad visual el blanco y el verde que evocan naturaleza y bienestar.

En este ejemplo, incluso el copy reza: “El embutido de siempre…”. La marca busca alejarse del cancerígeno embutido cárnico pero luego recurre a la identificación con ese producto tradicional, porque lo tradicional vende, es una palabra que connota mayor calidad al producto y crea una ilusión de que el consumidor toma lo mismo pero en su versión sana.

embutido

Esta ingeniosa solución que muchos se la llevaran a casa pensando que por fin pueden tomar embutido sin preocuparse, no es más que albúmina de huevo, aceites, fécula de patata y unas moléculas de verdura junto a una dosis de carragenanos (aditivo sobre el que existe gran controversia sobre sus efectos negativos, el cual está prohibido en productos para bebés).

Aunque tenga forma de fiambre, color de fiambre y te digan que es fiambre, es albúmina de huevo, por tanto no es "el embutido de siempre". No deja de ser un alimento procesado con un aspecto muy saludable, otro punto para el departamento de marketing.

Alimentos precocinados

Para llevar una dieta sana los expertos recomiendan no consumir alimentos precocinados por su alto contenido en grasa, azúcar o hidratos de carbono y sal, casualmente los tres ingredientes que causan adicción.

Pero de nuevo, las cabezas pensantes de los profesionales del marketing han ideado la manera de seducir al consumidor que no ve con muy buenos ojos estos productos, para convencerle de que hay una variedad saludable de estos. Sólo tienen que escribir bien grande en su envoltorio los términos veggie, Bio, vegano o tradicional entre otros.

La realidad es que aunque el producto no lleve carne o contenga una salsa de tomate elaborada con tomates ecológicos, el producto no tiene por qué ser sano, aunque lo parezca gracias a los maravillosos diseños visuales que lo connotan y los ingeniosos copys.

Estos nuggets por ejemplo, presumen de estar hechos de proteína de soja en lugar de carne y su caja luce un intenso color verde que nos recuerda al campo, con ello buscan dar una imagen de producto más sano y natural. En realidad, no deja de ser un alimento procesado con altos valores en hidratos de carbono y sal que hay que freír y ningún frito puede ser un alimento saludable, eso sí, duplica el precio de los igualmente insanos nuggets de siempre. Otro gran ejemplo son los preparados de seitán, un comestible que tiene un nombre sugerente, exótico, moderno y cool pero que no deja de ser una masa de gluten, una proteína relacionada con efectos inflamatorios y que no sienta bien a la mayoría de la población por no haber estado presente en la dieta de nuestros ancestros de los que evolucionamos. En cambio, resulta contradictorio como la etiqueta “sin gluten” se ha convertido en un indispensable para una inmensa cantidad de productos y consumidores, tenga sentido o no que la lleven. Entonces, ¿en qué quedamos? comemos seitán porque es muy veggie y por tanto "saludable" o compramos productos sin gluten, característica que parece imprescindible para la vida.

nuggets

Si el producto lleva mucha sal, azúcar (hidratos de carbono) o grasa y por tanto resulta ser muy calórico, estaremos consumiendo un producto que nuestro cuerpo no necesita o incluso puede tener efectos perjudiciales. Si ingerir tanta sal acaba repercutiendo en la descalcificación de los huesos o el exceso de grasa y azúcar hace que se desarrollen problemas cardiacos, no importa si el producto es Bio o tradicional, no deja de ser un producto procesado del cual habrá que examinar sus ingredientes. Lo mejor para no equivocarse es consumir productos sin etiqueta (carne blanca y pescado sin procesar, fruta y verdura), aquí el marketing luce menos aunque siga existiendo.

Hace un mes y medio y tras la realización de un estudio, la OCU denunciaba 26 productos ante las autoridades de consumo de varias Comunidades Autónomas (Cataluña, Madrid, Navarra, Castilla León y Galicia) por incluir los términos natural, casero, tradicional o artesano como reclamo para los consumidores, sin que en realidad cumplieran con estas características, lo que podía llevar a error al consumidor. Por este motivo, OCU pide a la industria alimentaria que abandone de forma definitiva el uso en su publicidad de estas alegaciones engañosas, que atribuyen al producto unas cualidades que en realidad no posee.

En este enlace puedes leer el estudio donde se explica por qué la comunicación de estos productos no se ajusta al marco de prácticas informativas leales (artículo 7 del Reglamento sobre información alimentaria facilitada al consumidor) y en este otro descubrir exactamente cuáles fueron los productos denunciados. 

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