En un intento por hacer que los jóvenes mantengan sexo de forma más segura, la organización con sede en Milwaukee (Wisconsin), Diverse & Resilent junto con la agencia Cramer-Krasselt han diseñado unos envoltorios muy creativos y ocurrentes para los preservativos que se dispensan de forma gratuita en centros de planificación familiar o en quioscos en la calle.

El problema que detectó la organización fue que los jóvenes no se fiaban demasiado de la calidad del producto al tratarse de marcas desconocidas y que no les resultaban nada atractivos para su consumo.

Para solucionar este inconveniente crearon la marca de preservativos Naughty Bags. Sus preservativos lucen envoltorios coloridos, con ilustraciones y textos frescos y divertidos. De esta manera, se busca que el público joven se vea identificado y sienta que representan su estilo de vida y personalidad.

Los preservativos, más que condones parecen cromos para coleccionar con frases ingeniosas y juegos de palabras e imágenes que denotan significados sexuales soterrados. Algunos de los nombres son “Papa Stopper” (“el bloqueador de papás”), “Snake sweater” (“jersey para la serpiente”) o “Drip Catcher” (“recogedor de goteo”), el cual lleva una ilustración asociada de un jugador de beisbol tirándose para recoger una gota.

La intención de la organización era que esta estética acabara con los tabúes para que coger un preservativo no resultara embarazoso, es más, buscaban que los jóvenes los adquirieran incluso como coleccionables para reírse con sus amigos y encontrar la frase más graciosa. Así, en el momento crucial los llevarían encima e incluso les gustaría usarlos.

La nueva marca ha empezado a distribuirse en algunos puntos de Milwaukee, ciudad donde la tasa de embarazo triplica la media nacional y las enfermedades de transmisión sexual han empeorado en los últimos años. Para evitar todo tipo de barreras, se han puesto dispensadores en lugares donde los chicos tienen un acceso fácil, más privado y gratuito, y así evitar las miradas acusatorias que pueden darse en una farmacia o centro especializado o el pudor que pueden sentir algunos al estar en la cola del super o gasolinera esperando a pagar su cajita.