Aquellos que estos días, ya sea para comprar o para huir del calor, hayan recorrido las acondicionadas calles de las grandes superficies e hipermercados, se habrán topado con un curioso stand promocional aparentemente sacado de otro tiempo. Cola Cao ha resucitado las míticas latas que adornaron las cocinas de los años 60.

 

Aunque inicialmente la promoción estaría disponible solamente durante el mes de mayo, las latas sesenteras siguen adornando los lineales de las grandes superficies comerciales, por lo que si además de asiduo consumidor de esta bebida eres un nostálgico de los viejos tiempos, aún puedes hacerte con alguno de los dos modelos relanzados por la marca.

Pero no es la promoción al fin y al cabo lo importante sino la estrategia seguida por la marca para atraer y fidelizar clientes.

El vintage, los tonos sepias, la estética retro de las ilustraciones sesenteras de Norman Rockwell, evocan agradables sensaciones de tiempos pasados además de apelar a los más arraigados vínculos emocionales con la marca.

Se trata de una estrategia comercial seguida con mayor o menor éxito por algunas conocidas marcas que ha dado lugar a productos de distinta tipología, dirigidos a distintos segmentos y targets:

Coches como el Chrysler PT Cruiser, cámaras fotográficas como la Olympus Pen y OMD, serie X de Fuji, Leica serie X y la potente Nikon DF, productos de moda, decoración, restaurantes, perfumes, etc.

En el caso de Cola Cao la estrategia no es solamente un mero maquillaje estético o una promoción de ventas, sino que viene acompañada de una serie de recomendaciones prácticas.

- Las latas pueden usarse para alojar los futuros botes de Cola Cao.
- Evitan el uso de las incómodas pinzas para cerrar las bolsas.
- Pueden rellenarse con otros productos (harina, azúcar moreno o cualquier otro).
- Y sobre todo, la más curiosa de todas sus virtudes, nos evita el mal trago de tener que pedirle a los padres o los abuelos sus antiguas latas.