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hotel solo adultos

La industria hotelera está abriendo sus puertas a un novedoso modelo de negocio, por lo menos en España. Se trata de los hoteles adults only, hoteles en los que no pueden alojarse niños con el fin de ofertar experiencias a sus clientes de relax y deleite.

Cuando se empezó a conocer la existencia de estos hoteles para adultos en España, se desató la polémica entre los consumidores y asociaciones, las redes sociales se llenaron de opiniones a favor y en contra con el hashtag #HotelesSinNiños.

Pero a la hostelería como negocio qué es, le interesa detectar las necesidades del público y si existe algún nicho de mercado sin conquistar o con baja competencia. Según las cifras actuales, en los últimos 3 años ha ido aumentado el número de personas que demandan un lugar donde poder disfrutar de sus vacaciones en un ambiente tranquilo, disfrutando de los placeres de la vida, sin la molestia que suponen los niños por la falta de educación en la mayoría de los casos.

Tanto es así que la oferta ha crecido un 41% en España, convirtiéndose en uno de los países líderes del sector con 160 hoteles de este tipo. Las comunidades en la que existen más hoteles adults only son Mallorca en primer lugar, con 60 alojamientos, seguida de las Islas Canarias.

Otra prueba de la buena aceptación que han tenido estos negocios es la popularización de la demanda. Antes, los hoteles sólo para adultos se encontraban en el mercado del lujo, ahora el consumidor puede encontrar apartamentos, bungalós, casas rurales y hoteles de ciudad.

Estos hoteles, muy comunes en países como Inglaterra, Alemania, Suecia o Estados Unidos han decidido diferenciarse también por ofrecer servicios personalizados y experiencias inusuales en las vidas cotidianas de sus clientes, así muchos hoteles ofrecen originales propuestas gastronómicas y de coctelería, zona wellness con spa, todo tipo de masajes, jacuzzis, camas balinesas, gimnasios muy cuidados, zonas chill out, alquiler de bicicletas y clases gratuitas de actividades como yoga o pilates, entre otras. En definitiva, una oferta en la que los ruidosos y estresantes niños no encajan.

Aunque pueda parecer que la mayoría de los clientes de estos hoteles son parejas sin hijos que no quieren tener que aguantar a los críos de otros, Antonio Bauzá, subdirector de marketing del grupo de hoteles Barceló afirma que curiosamente son las parejas con niños que desean pasar unos días románticos y tranquilos sin sus hijos los que más lo demandan. También son público objetivo parejas mayores que buscan tranquilidad y que ya han tenido suficiente con la crianza de sus propios hijos.

Muchos consumidores alegan que esta práctica es ilegal porque viola el artículo 14 de la Constitución por discriminación, en cambio los empresarios afirman que ellos tienen derecho de segmentar su público y dirigir su negocio al target que más les interesa para su beneficio empresarial, reivindicando el derecho de admisión.

En Valencia el departamento de Igualdad y Políticas Inclusivas del Consell de la Comunidad Valenciana llegó a denunciar a los hoteles que prohibían la entrada de niños. Sin embargo, la Agència Valenciana de Turisme (AVT) la desestimó porque creía que no era necesaria, ya que un hotel no puede prohibir la entrada a nadie y si lo hacen, el cliente puede denunciar.

La misma agencia atestiguó que lo que no se puede es impedir a ninguna empresa que publicite o posicione su negocio de la forma que más le convenga y prefiera, ni censurar los mensajes de su comunicación y acciones de marketing porque no son ilegales.

La abogada Eva Giménez, confirmaba a Verne que "no se puede prohibir la entrada a los niños porque sería anticonstitucional", pero cada hotel puede dirigirse comercialmente al público que dese.

Asimismo la Junta de Andalucía, en otro caso de denuncia dictó que los hoteles no podían prohibir la entrada a los niños pero sí dirigirse a un público determinado y por tanto no disponer de cunas, tronas o camas supletorias por ejemplo, lo que complica la estancia de los pequeños.

Otra estrategia que pueden seguir estos hoteles es la de estipular una serie de normas de comportamiento que todo huésped debe cumplir si no quiere ser expulsado tal y como recoge la normativa sobre el derecho de admisión. Según las declaraciones de Jorge Cardona, catedrático de Derecho Internacional Público en Valencia a Verne, si el hotel dicta por ejemplo, que no se puede gritar en la piscina, podrá “expulsar a quien no lo cumpla, sea adulto o niño”. Ante un significativo número de normas orientadas a cribar a un público infantil, no muchos padres querrán alojarse en dichos hoteles.

Los hoteles han dado el primer paso y ya están teniendo una buena acogida en el mercado español, lo que significa que probablemente pronto comencemos a ver otro tipo de negocios como restaurantes o cafeterías también orientados exclusivamente a un público adulto, de hecho en redes sociales ya se está usando el hashtag #RestaurantesSinNiños.

Aun así, no olvidemos que en comparación con el total de la oferta, estos negocios son una minoría. Que existan estos lugares no significa que los niños no vayan a poder salir de casa, simplemente habrá más opciones de consumo, ya que la mayoría de los sitios continuarán siendo para todo tipo de público.

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