Igual que hizo en 2014, McDonald’s vuelve a centrar su publicidad en la imagen minimalista de sus productos, convirtiéndolos en iconos a través del lenguaje simbólico. Si entonces las imágenes fueron dibujos planos, esta vez la marca ha querido ser más artística y ha utilizado bombillas LED para crear imágenes más delicadas.
La nueva campaña gráfica ha sido creada por la agencia TBWA en París y puesto que esta ciudad es conocida como “La Ciudad de la Luz”, qué mejor referencia que elaborar una idea creativa con la luz como elemento principal.
El escultor encargado de construir las estructuras de luces es Olivier Favart y para ello utilizó más de 250 metros de cable y unas 1.100 luces LED. Además, cada una de las luces podía manejarse individualmente para conseguir los efectos de luz y color más adecuados para la captación de las fotografías.
Los productos de la marca convertidos en esculturas de luz fueron la hamburguesa Big Mac, su representativo cartón rojo de patatas fritas y el sundae.
Después, el fotógrafo Helmut Stelzenberger hizo las fotografías para los carteles publicitarios utilizando un efecto de desenfoque con el que consigue integrar más las luces construyendo una perspectiva más realista y bella del objeto.
El uso de luces también permite a la marca crear un ambiente nocturno y urbano pensado para que encaje con el eslogan de la campaña: McDonald’s abre hasta tarde.