Como año tras año miles de andaluces eligieron Canal Sur como la cadena para despedir el año comiendo las tradicionales uvas de Nochevieja. Sin embargo esta vez los acontecimientos no transcurrieron plácidamente. Las definitivas campanadas empezaron atropelladamente y sin previo aviso tras la emisión de un anuncio, para ser interrumpidas poco después por otra publicidad. La imagen del reloj no retornó hasta la novena para que los sufridos e indignados televidentes terminaran de comerse las 12.
Este año la tradicional cita se celebraba en Almería y era presentada por Ana Ruiz y el chef Enrique Sánchez, que tan solo unos minutos antes intentaban explicar al público las clásicas recomendaciones para comer las uvas al ritmo de la campanadas. "No nos tenemos que equivocar" decía la presentadora un momento antes del desastre
Justo un minuto antes de las 12 apareció el reloj seguido de la carátula de Canal Sur y un anuncio de una conocida marca de café resaltando las bondades de las tierras andaluzas. El directo volvió justo con la primera campanada cogiendo por sorpresa al público.
Poco después cuando solo los más avezados y expertos en estas lides aguantaban el tipo y contaban campanadas a ritmo de botellas navideñas de Coca Cola, otro anuncio, esta vez del campeonato de motociclismo de Jerez, irrumpió por sorpresa dejando al público sin reloj y sin campanadas.
La transmisión ya no volvió hasta la novena campanada dando al traste con la magia de un evento literalmente destrozado por un descontrol publicitario.
La cadena pública andaluza ha pedido disculpas en su cuenta de Twitter y ha abierto un expediente de investigación para aclarar los hechos pero lo cierto es que nadie se explica lo sucedido.
Consternados, se ha ordenado la apertura inmediata de una investigación que aclare lo ocurrido. Nuestras más sinceras disculpas.
— Canal Sur Andalucía (@RTVA) enero 1, 2015
También los presentadores han mostrado su consternación en las redes sociales pidiendo disculpas por unos hechos de los que ni siquieran fueron conscientes.
Las cadenas negocian suculentos contratos por la emisión de las últimas piezas publicitarias del año que deben ser cumplidos escrupulosamente, siempre respetando el desarrollo de la transimisión del evento. Se sospecha de algún error en el control de continuidad aunque por el momento la cadena no ha dado más explicaciones.