Si hay algo que preocupa a las grandes empresas son las crisis de comunicación en la red quizá por su carácter viral o difícil de controlar. Así lo confirma el estudio de Relaciones con Inversores Digitales realizado por BME y Neolabels, que sólo da un aprobado raspado en comunicación digital y en redes sociales a las grandes empresas del IBEX 35.
"Entre los principales temores de las marcas se encuentra el verse envueltas en una crisis de imagen digital. Y es que comunicar una situación delicada no es una tarea sencilla, requiere de una previsión y de un buen equipo de expertos que sea capaz de detectar el rumor al instante y actúe con rapidez", explican desde Agenciasdecomunicacion.org, el buscador gratuito de agencias de comunicación.
Ya sea una pequeña empresa o una gran compañía con su propio departamento de relaciones públicas, el problema de comunicación debe ser afrontado de forma profesional y con rapidez para evitar que la situación pueda llegar a descontrolarse.
"Las empresas que optan por callar y mirar hacia otro lado lo único que hacen es fomentar que los comentarios crezcan y sigan dañando su reputación. Clientes, trabajadores y proveedores tienen derecho a saber qué está pasando y el silencio se puede confundir con una falta de transparencia", asegura Raquel Coba, responsable del portal.
El momento actual en el que el panorama mediático está salpicado de casos de corrupción que afectan directamente a los partidos políticos, resulta un estupendo laboratorio para observar las acciones, a menudo negativas, que terminan provocando auténticos terremotos, como demuestra el último CIS, entre la opinión pública, una vez se viralizan en las redes sociales.
"El entorno mediático y la facilidad con la que se propagan las noticias hace que la sociedad tenga el poder de castigar o santificar a quiénes están siendo juzgados", señala Coba.
Ofrecer una respuesta de forma rápida puede resultar vital y contar con un departamento de relaciones públicas que vele por la imagen de la compañía, esté atento a cualquier situación que pueda dañarla y dé respuestas en el menor tiempo posible es la mejor opción para poner freno a conjeturas e hipótesis. "No se trata de que la empresa se justifique, si se ha cometido un error debe admitirlo y asumirlo. No existen fórmulas mágicas para salir airoso de una crisis de imagen, sólo estar alerta", puntualizan desde Agenciasdecomunicacion.org.
Las redes sociales representan un nuevo terreno de juego que encierra peligros pero también grandes oportunidades si la empresa consigue realizar una comunicación estratégica efectiva.
"El problema es que estamos ante un medio inflamable, en el que a veces es muy difícil discernir qué datos son veraces y cuáles no. Esta característica permite que las crisis se viralicen a mayor velocidad", indica Coba.
Por ello resulta indispensable contar con un plan previo de gestión de crisis de comunicación que nos permita ahorrar tiempo y disponer de un protocolo de actuación que minimice los riesgos para la imagen y la reputación de la empresa.