Si algo hemos de destacar de las novedades presentadas por Facebook en la conferencia F8, es la importante transformación que está a punto de suceder en Messenger. La aplicación de mensajería instantánea, al principio integrada, después independiente, se convertirá ahora en una plataforma integral, al estilo de algunos competidores como Line o WeChat.

Lejos de ser un pequeño cambio sin importancia, la transformación de Messenger en plataforma expande enormemente las posibilidades de Facebook como red social.

Si de algo puede presumir la compañía y despuntar por encima de otros competidores, es de su enorme base de usuarios activos, que ya superan la enorme cifra de los 1400 millones.

Si antes era difícil escapar de Facebook cada vez los será aún más. Todo el mundo, o casi todo, tiene un perfil en la red social, lo que hace que ha convertido esta red social en un lugar común casi universal donde miles de millones de personas de todo el planeta comparten intereses, experiencias, gustos personales, opiniones, etc.

Con todo este material disponible y los potentes algoritmos que gestionan la información, Facebook puede saberlo prácticamente todo de una persona, ya sea porque lo muestra de forma directa o indirectamente a través de su comportamiento en la red e incluso fuera de ésta.

Convirtiendo Messenger en una plataforma Facebook quiere expandir su control a la conversación social, ampliando la capacidad de mostrar a cada persona exactamente lo que necesita.

Con la cantidad de información disponible en la red, Facebook puede sacar el máximo provecho a las publicaciones, por ejemplo un vídeo, mostrándolo exactamente cuándo y dónde es más efectivo, algo que no puede hacer Google con su plataforma de vídeo Youtube. Esto proporciona una enorme ventaja en la medida de que Facebook no funciona simplemente como una enorme videoteca sino como una red inteligente capaz de sugerir a cada uno lo que necesita.

¿Qué puede controlar este Gran Hermano del siglo XXI llamado Facebook?

A medida que la red social se ha ido expandiendo y ampliando su capacidad de recolectar información, Facebook puede y quiere controlar:

- La conversación social entre amigos (Messenger, WhatsApp)
- Mensajería (Messenger)
- Publicidad y comunicación comercial (anuncios de pago, vídeos autoplay, fan pages)
- Pagos desde dispositivos móviles (Messenger)
- Compra y venta online (buy button o botón de compra)
- Realidad virtual (vídeos 360ª compatibles con Oculus)
- Gaming.
- Noticias (Newsfeed y acuerdos con New York Times, BuzzFeed, Geographic)
- Vídeo/TV (Facebook Vídeo)
- Plataforma de desarrollo (Parse)
- Internet global (Facebook.org)
- Desarrollo aplicaciones (React native)
- Foto Sharing (Instagram)

Es decir, un completísimo ecosistema que permite a Facebook ver lo que ves y saber lo que haces, aunque apenas seas consciente de ello.

Con esa enorme cantidad de información los anunciantes pueden afinar en su target y prácticamente colarnos mensajes comerciales teledirigidos, sin que nos demos cuenta.

Facebook está construyendo drones para llevar Internet a los lugares más desfavorecidos de planeta, mediante su programa Internet.org. A muchos habitantes de países desarrollados con problemas de conexión les cuesta reconocer la diferencia entre Internet y Facebook, ya que prácticamente todo lo hacen dentro de la red social.

Facebook es la red social que más tráfico dirige a otros sitios y una de las que tiene mayor capacidad de gestionar las búsqueda gracias a sus algoritmos de Graphic Search. Cada vez son más los usuarios que la utilizan para buscar información, hasta el punto de que muchos expertos auguran un cambio de tendencia en detrimento de buscadores tradicionales como Google.

La red creada hace pocos años por el joven Zuckerberg para reunir a sus compañeros de universidad, parece haberse transformado en un monstruo inevitable, capaz de ejercer un ilimitado control sobre miles de millones de personas, un Gran Hermano capaz de verlo y saberlo todo, de todos y cada uno de nosotros.